En mi tribu las cosas no siempre fueron color de
rosas,
Más bien las tormentas y huracanes fueron más presentes;
Sin embargo, en las fechas memorables
Fumábamos pipas de paz, nos reuníamos alrededor del
gran jefe,
Era inquietante el silencio entonces
Pero una ligera calma nos abrazaba;
El jefe convocaba los maravillosos vientos cálidos
del este
Y el furor se diluía todo en una sonrisa
Y en una enorme barra de chocolate.
Etiquetas: poema de Alessandro Caviglia
2 comentarios:
Me encanto.
:) Sobre todo la barra de chocolate, nunca lei algo que terminara así. Jajajajajajjajaaj
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio