en tus huellas dactilares el silencio habita

en este espacio quiero compartir con todos mis creaciones literarias, que me vienen acompañado varios años

jueves, 7 de enero de 2010

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El artista es un creador de cosas bellas. Revelar al arte y ocultar al artista es la finalidad del arte.

Esta primera sentencia de Wilde sobre el arte y el artista tiene dos partes que son matizables y hasta cuestionables: a) el artista es un creador de cosas bellas y b) revelar al arte y ocultar al artista es la finalidad del arte. Vamos por partes.
Hay hoy un consenso mayor en que el arte no tiene que ver necesariamente con lo bello, sino más bien con la expresión del artista, expresión que pueda ser reconocida por todos (que tenga validez). Se trata de expresión de vivencias reconocibles como universales de vivencias profundas a través de medios renovados, metafóricos, no rutinarios, con los que se pueda llegar a transmitir algo importante a un nivel importante. Sé que esto es vago, pero espero que se pueda comprender a qué me refiero.
La segunda parte es también matizable. La vanguardia ha hecho palpable la experiencia de un arte que exige al espectador preguntarse por el artista. Y ello lo hizo, en parte, contra el arte que denominaban “burgués”. Así como el proletario y sus condiciones de trabajo y de vida eran ocultados por la obra de su trabajo, lo mismo sucedería con el artista, que permanecía oculto detrás de su obra. El arte de vanguardia exige al espectador por las condiciones del artista, sus motivos, exigencias, qué tiene que decirnos. Tal vez no compartamos la visión marxista del arte, pero queda claro que no necesariamente el artista tiene que permanecer eclipsado por la obra.

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