en tus huellas dactilares el silencio habita

en este espacio quiero compartir con todos mis creaciones literarias, que me vienen acompañado varios años

jueves, 9 de abril de 2009

Reflexión sobre el dolor

Me cuesta mucho trabajar mi propio dolor. Hoy es como escribir fuese un modo de llorar un dolor profundo, psíquico, interno que me hace rechazar a todos. .Tal vez la razón por la que los sentimientos me capturan de este modo es por la presencia de ese dolor que juega un papel ambiguo: por momentos me revuelca y en otro lo ignoro. A veces no encuentro una vía intermedia. Pero desde hace unos años he llevado a cabo un proceso de elaboración de ese dolor. Pero de todos modos, ese trabajo sigue siendo bastante duro.
Parece preciso tocar las partes que duelen para curarlas. A veces se dice que es posible elaborar el dolor por medio del arte, pero por momentos desconfío de eso ¿el arte elabora el dolor o simplemente lo camufla? Aquí hay que hilar fino: existen formas de arte auténtico que elaboran, trabajan el dolor, como si fuese su materia prima. La obra surge entonces de nuestras frustraciones y sufrimientos. Kant creía que el ser humano desarrollaba su capacidad de pensar y crear a partir de las frustraciones de sus instintos, de sus deseos y anhelos no realizados. Es como si para Kant la capacidad de pensar y reflexionar brota de esas experiencias dolorosas. Tugendhat piensa que la mística eleva su vuelo cuando nos encontramos ante esas frustraciones.
Pero las relaciones con los otros pueden ser expresión, entre otras cosas, de ese dolor: buscamos su compañía porque necesitamos de sus hombros y nos apoyen en el dolor, y a veces su misma presencia puede producirnos dolor, porque con ella coactan nuestros deseos. A veces podemos desear a la otra persona, y su negativa a someterse nos produce una gran frustración. O la frustración del amor no realizado. Pueden llegar hasta a ofrecernos su cuerpo para hundirnos en él, pero su negativa, o la dificultades que ella tiene (incluso sus propios dolores) imposibilita que nos ofrezca aquél tipo de reconocimiento que llamamos amor. Puede llegar a querer, pero no a amar.

Etiquetas: , , , , , ,

4 comentarios:

Blogger Juan Carlos ha dicho...

Ya ves: ésta es una ocasión en que se ha hilado fino y la materia prima ha sido, en efecto, el dolor. Personalmente me gusta el resultado. Breve, sobrio, profundo, sentido. Genuina forma de conjurar, de elaborar.

Ps. Odio tener que crear identidades en cuentas sólo para poder comentar... en fin.

13 de abril de 2009, 17:11  
Blogger Alessandro Caviglia Marconi ha dicho...

Gracias, JUan Carlos, por tus comentarios. Me parecen muy valiosos, especialmente porque el texto es una especie de intimidad.

13 de abril de 2009, 20:34  
Blogger Unknown ha dicho...

Alessandro, acabo de leer lo que has escrito: Me parece un artículo dócil y fuerte, que dice mucho y abarca algún aspecto del dolor humano.
Por mi parte considero que todo dolor con el tiempo se cura y al curarse nos sana.
Es innegable reconocer que hay algunos dolores impenetrables e inefables de describir, esos que calan el alma y, que te hacen a pesar de todo madurar. La muerte de un perro con quien compartiste 15 años de tu vida cuya ausencia te hace sentir que entrar a mi cuarto sin verlo, sin olerlo, sin dormir con él, no tiene sentido, pero, la imaginación o los recuerdos gratos te hacen aliviar ese dolor. O ese dolor de ver a tu madre viva pero sin su espíritu, verla como cada día se va encorvando y, que ya no está y ni sabe quien soy, pero el hecho de besarla, verla y, o escucharla reir te salvan también de ese dolor ardiente e infinito. También existen otros dolores causados por seres a quienes uno gratuitamente y desinteresadamente conceden amor, respeto, consideración, admiración, transparencia y términas concluyendo que es un falsete o una careta de la malidicencia, pero, que a pesar de tanta decepción, prefiero sentir este dolor ya que me siento viva por haberlo amado sin ser ni siquiera querida, pero, uno aprende en la vida a seleccionar a quien entregarse y a no confiar en nadie.con ciertas excepciones.
Un saludo. Beatriz.
Te felicito por tu blog, un espacio que te salva de dolores y lamentaciones por el sólo hecho de escribir.

8 de enero de 2010, 18:36  
Blogger Alessandro Caviglia Marconi ha dicho...

Querida Beatriz, gracias por comentar mi texto con tus testimonios personales. Creo que dolores de distinta intensidad y naturaleza tenemos todos, de una u otra manera. El poder escribir sobre ellos y hablarlos con las personas adecuadas ayuda mucho a procesarlos.

Respecto del último testimonio que mencionas, el de ser defraudada por una persona amada es algo que yo también he vivido hace relativamente poco. Ciertamente son cosas que nos hacen sufrir mucho. Pero tengo la confianza de que encontrarás alguien con quien hablar y alguien que merezca tu afecto.

Un abrazo, Alessandro.

13 de enero de 2010, 12:29  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio