en tus huellas dactilares el silencio habita

en este espacio quiero compartir con todos mis creaciones literarias, que me vienen acompañado varios años

lunes, 2 de agosto de 2010

Escribir de noche es hacerlo a ciegas

Hace años me encantaba leer a los místicos españoles del siglo XVI, especialmente a San Juan de la Cruz. Ellos utilizanban una expresión que siempre me ha llamado la atención: "la noche oscura del alma". Se trata del momento de mayor sequedad de la fe. Hace ya muchos años que he dejado de cultivar una fe mística y mis preocupacines sobre religión han sido cada vez más filosóficas y políticas, sin embargo siento que actalmente paso por una noche oscura completamente vital. Se trata ahora de una sequedad integral. Sólo queda caminar a tientas, como en un cuarto oscuro que uno no conoce. En esto sigo manteniendo lo que afirmé en mi "reflexiones sobre el dolor". Tal vez no han nada más que decir, ni que escribir.

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2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Buenas noches, Alessando (en efecto, escribo esto de muy noche). Me ha llamado la atención tu último post. A pesar de mi corta edad (chibolitud, podríamos decir), creo haber tenido algunas cuantas noches oscuras. Breves, felizmente (nunca más de un año entero), pero secas igualmente, cuando la vida parece insulsa. No lo se, no tengo panaceas para ello ni mucho menos panadoles... pero tu post me detuvo la atención un rato en un momento en que me siento una trituradora de información...

Y nada, solo decirte que conozco el trance. Creo que pasa, pero eso no lo hace menos denso. Pero, quizás, San Juan diría que solo en la noche oscura aparece la luz... y que es necesario secarse para volver a inundarse (de vida, de Dios, de Tao, de Alá, de alegría... o como quieras llamarlo).

9 de agosto de 2010, 21:24  
Blogger Alessandro Caviglia Marconi ha dicho...

Estimado Diego,

Gracias por tu comentario. Ciertamente, no es una cuestión de edad, sino de modo de ser. Es una manera de vivir y procesar la frustración y el dolor. También es cierto que San Juan de la Cruz encontraría al final una luz, pero en el proceso mismo la luz no está (sólo al final). Tal vez eso de deba a nuestra visión postmoderna.


Alessandro.

19 de agosto de 2010, 15:23  

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