Paisá
La segunda película del
neorrealismo italiano fue Paisá
(1946), de Roberto Rossellini. Un año antes éste dirigió Roma, cittá aperta, que fue la primera película de dicha escuela. Si
en general el neorrealismo ha sido poco difundido, Paisá lo ha sido menos. La película ha sido traducida como “Camarada”,
y relata el avance del ejército norteamericano desde Sicilia hacia el norte de
Italia. Con Roma, cittá aperta y Germania
anno zero, conforma la trilogía de películas dedicadas al contexto de la
guerra.
La
inteligencia de Rossellini no nos presenta en Paisá un relato triunfante del ingreso de los aliados en Italia.
Igual que en las otras dos películas que forman la trilogía, el foco se
encuentra dirigido a la búsqueda de sentido durante y después de la destrucción
que la guerra significó. Los personajes de las fuerzas aliadas no entran con
banderas y estandartes, sino que se encuentran individualizados en relatos
personales situados en un país devastado. Más que soldados aliados, se trata de
personas buscando un sentido a lo que ha ocurrido. Y también los italianos que
colaboran con ellos buscan darle un sentido a todo aquello que han estado
viviendo.
La
película se encuentra dividida en seis partes, cada una de las cuales se ubica
en una zona más al norte de la península. El quinto episodio se sitúa en
Emilia-Romaña, en un convento de frailes franciscanos, que da refugio a tres militares
aliados. Dos elementos se destacan en esta parte de Paisá. La primera es que el ambiente dentro del convento contrasta,
por su serenidad, frente al entorno. Con esto Rossellini logra darle realce a la
situación de Italia: ciudades destruidas, población civil empobrecida, mujeres
entregadas a la prostitución, niños dedicados al robo, partisanos rebelándose
contra la ocupación alemana. Un ambiente en el cual, más que el ideal de la
libertad o la liberación guiando la vida de la gente, encontramos a personas en
búsqueda de sentido e intentando sobrevivir. No hay vencedores ni vencidos. En
realidad todos han perdido, y lo más importante, es que sus vidas carecen de
sentido.
Al
interior del convento, la búsqueda de sentido a las vidas se dirige a la
religión. Los frailes parecen no darse por enterados de lo que sucede fuera, si
bien lo saben muy bien. Pero la religión, consideran ellos, debe darle sentido
a la vida. Pero de pronto descubren que, y este es el segundo elemento que
quiero destacar, de los tres militares norteamericanos que están refugiando,
uno sólo es católico. Los otros dos son un judío y un protestante. Los frailes
reciben escandalizados ese dato, y se cuestionan estar ayudando a herejes e
impíos. El protestante representa la herejía de Martín Lutero, y el judío
representa al pueblo impío que dio muerte al Xto. Esto hace estallar los
límites de la religión como dadora de sentido, pues ¿qué sentido tendría, para
esa versión del catolicismo conservador, el apoyar a un judío y a un
protestante? Es por ello que los personajes se ven forzados a ensayar otras
formas de dar sentido a la vida. Al experimentar el vacío de la religión,
encuentran en la fe una nueva fuente de sentido. El militar católico da algunas
pistas, cuando en la escena en el comedor agradece el apoyo dado por los
frailes como si fuese una muestra de Dios.
Paisá, como las otras dos películas de
la trilogía, muestra el ojo de Rossellini que observa el entorno de la guerra
desde dentro de las mismas personas. Para ellos la guerra no es una gesta heroica,
sino una tragedia para todos, sin excepción. La debacle humana. Más allá del triunfo
o la pérdida militar, la guerra es vivida por las personas por una pérdida más
profunda: el sentido de la vida. Ellas se ven forzadas a tratar de reconfigurar
dicho sentido para poder seguir adelante, pero es probable que no lo logren.
Etiquetas: la búsqueda de sentido, Neorrealismo italiano, Paisá, partisanos, Rossellini, segunda guerra mundial
3 comentarios:
Gracias por el dato!
gracias por el dato!
De nada, estimada
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