El hombre y el Palacio del Rey
Hubo un hombre que, pidió pan, le dieron vino. Entonces tocó a la siguiente puerta, y le dieron vinagre y sal. Cansado de la situación decidió tocar la puerta del Palacio del Rey. "Quiero pan", le dijo, "y solo pan". El monarca lo escuchó atentamente, frunció el ceño y dijo: este es mi reino y recibirás lo que te demos, sin quejas". El hombre tomó, entonces, un barco, que lo condujo a otros reinos y súbditos. Tocó la primera puerta y no consiguió más que arena. Tocó las puertas del palacio y el rey ni se molestó en atenderlo. Así que regresó a su tierra, frustrado. Tomó vino toda la noche, brindó por la libertad y cantó un himno a la ironía.
Por Alessandro Caviglia Marconi
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