Estrómboli es una isla ubicada al
sur de Sicilia y alberga un volcán, del mismo nombre, que se encuentra
constantemente activo. En esa isla – que se encuentra habitada – Roberto
Rossellini filmó una de sus películas. Stromboli,
terra di Dio (1950) relata la historia de Karin –una exiliada lituana en
Italia después de la Segunda Guerra Mundial-, protagonizada magistralmente por
Ingrid Bergman. Al fracasar su intento de emigrar a Argentina, Karin decide
abandonar el campo de exiliadas aceptando la propuesta de matrimonio que
Antonio – un soldado italiano, que había regresado de un campo de prisioneros
en el África- le hace. Después del matrimonio Antonio lleva a su mujer a vivir
a Estrómboli, su tierra natal. Allí Antonio tiene una casa y a sus amigos.
Estrómboli resulta ser para Karin, una mujer refinada, una isla peculiarmente
desesperante. Se trata de una isla de pescadores de la cual quien puede trata
de huir, pues ella no ofrece las
condiciones de vida que una persona esperaría. Periódicamente el volcán erupciona
y los habitantes deben de refugiarse en el mar, usando las barcas de los
pescadores.
La película se centra en las
vivencias de desesperación de esa mujer joven Lituana que pasa de un campo de
exiliadas a una isla que es para ella un campo de exilio. Karin es una mujer
bella y de cierta sofisticación en sus modales, que estaba acostumbrada a
sortear la vida gracias a su belleza. Pero
en Estrómboli se encuentra al lado de un pescador rústico y en medio de
una población que además de rústica se encuentra resignada a su suerte. En esas
circunstancias, Karin despliega sus recursos para poder sobrevivir. Busca
consejo al párroco del pueblo, e incluso intenta seducirlo para conseguir el
dinero que le permita salir de allí. Confiando en que Antonio está trabajando
duro para poder llevársela a otro lado, ella intenta hacer de su casa acogedora
y darle un toque artístico. Pero sus gustos, sus modos y costumbres entran en
conflicto con Antonio y con los lugareños. Antonio, de un catolicismo
arraigado, insiste en mantener en casa imágenes religiosas que Karin detesta. Las mujeres del pueblo la consideran
prostituta por sus modales liberales. Puesto que Karin encuentra en la
prostituta del pueblo la única amiga, razón por la cual los lugareños la juzgan
como infiel. La situación conduce a Karin a tratar de seducir a un hombre que
podría servirle para escapar de allí, se trata del guardián del faro. Del otro
lado del volcán hay una población que tiene condiciones de vida mejores y los
medios para conducirla al continente. Karin procurará llegar hasta allí
atravesando la isla y pasando al lado del volcán.
El volcán resulta ser una presencia
omnipresente en la isla. En realidad se trata del Dios de la isla. En este
sentido la película incluye una reflexión religiosa que se encuentra también en
otras películas de Rossellini (como Roma,
ciudad abierta, Paisá y Alemania año cero). Estrómboli es tierra
de Dios porque es la isla del volcán: Pero además lo es porque es la tierra en
la que Dios pone a prueba a los habitantes. Los habitantes deben de enfrentarse
a la naturaleza para poder sobrevivir, por ello deben de sacar del mar sus
alimentos en una lucha cruda con los enormes atunes de la zona. Además, cada
cierto tiempo el volcán, al erupcionar, destruye casas y sembríos. Estrómboli
es la tierra en la que Dios pone a prueba la fortaleza de las personas, al
igual que lo hizo la Segunda Guerra Mundial.
El formato neorrealista de la
película fortalece a narración y la descripción de las vivencias de los
lugareños. Pero en esta película Rossellini decide arriesgarse exitosamente en
hacer un film neorrealista de orientación psicológica. El eje central es la
vivencia interna de Karin, quien prisionera en la isla por las circunstancias y
a causa de sus elecciones, vive su permanencia allí como un volcán a punto de
erupcionar. En ese contexto, esa mujer joven que se sabe diferente, emprende la
búsqueda de la paz. Se trata de una búsqueda religiosa en la cual se encuentra
con un Dios omnipresente, carente de piedad y lejano, así como el volcán. El
camino que Karin emprende, entonces, es caminar hacia la boca del volcán, para
poder pasar al otro lado de la isla y huir de ella. Pero ese asenso resulta
tortuoso, hasta que de noche, ya en la cima, la contemplación del cielo
estrellado la conecta con una fuente de paz y se queda dormida. Al despertar
los rayos de sol caen con suavidad sobre su cuerpo reposado y adquiere una
nueva perspectiva: encuentra bello lo que está viendo y experimentando. El
subir hacia la cima del volcán la conecta con el Dios de la isla, lo cual le da
un punto de vista diferente que le otorga larte de la paz interior que estaba buscando.
Etiquetas: Ingrid Bergman, lucha del hombre con la naturaleza, misticismo., neorrealismo y psicología, Roberto Rossellini, Stomboli terra di Dio
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