ENTRE EL AZAR Y LA RESPONSABILIDAD

          Las películas de Woody Allen muestran siempre cierta genialidad, ya sea por la exploración de un tema o las ocurrencias. Incluso las que el director estadounidense hace para ganar dinero, como “A Roma con amor”. Macht Point es una película exploratoria de la relación entre la moral y la azar (o, lo que los griegos llamaban Tyché –fortuna). No es casual que en una de las partes centrales se introduzca una frase de Sófocles. Ella se inserta entre las coordenadas de Crimen y castigo y de las tragedias griegas, especialmente las de Sófocles. Ello le permite explorar las conexiones entre el azar y, la responsabilidad moral y jurídica. Del lado de la responsabilidad moral, la película de explora primero el fenómeno de la deliberación moral, dadas las circunstancias en las que el azar nos somete

            Macht Point es el punto que gana la partida en el tenis. Pero si la bola golpea en la net y, por uso segundos, no se sabe de qué parte de la cancha caerá, el triunfo está dado a la suerte, como en el caso de quien lanza una moneda al aire.  Los trágicos griegos sabían muy bien que la fortuna tenía una enorme presencia en la vida de las personas y que no todo dependía de la determinación moral de los agentes

El personaje central, Chris Wilton, es un tenista profesional que se encuentra en bajada y se encuentra atrapado en una pasión de la que no tiene la fuerza interior de salir, por Nola. Pero, al mismo tiempo, tiene la posibilidad de asegurar su futuro económico en las empresas de su suegro. Una vez habiendo renunciado a su pasión primera, el tenis, encuentra en Nola una verdadera pasión sexual. El equilibrio entre la pasión y los anhelos de prosperidad se mantiene, a duras penas, hasta que un golpe del destino entra en juego y obliga a Chris a tomas una decisión. Cualquiera que haya tomado ésta se hubiera producido un daño: el defraudar irremediablemente la confianza de una persona, asesinar a alguien o perder un futuro prominente. En todos los casos habría también daños colaterales, y lo más importante, es que sea cual fuere la decisión, la desdicha se encontraba a la puerta. La enseñanza de los trágicos se resume en la frase de Sófocles según la cual lo mejor para un ser humano sería no haber nacido, puesto que la condición humana es de tal tipo que el Tyché interviene poderosamente en ella y la hace desgraciada.

Pero la fortuna hace que, como en el tenis, la pelota decisiva, al tocar la red cae del otro lado y Chris gana la partida ante la justicia. Su crimen nunca es descubierto y por más que la policía trata de inculparlo no lo consigue. La suerte está de su lado. Entonces todo el peso se desplaza hacia la conciencia moral que lo recrimina con sus fantasmas. Y es en ese lado de la cancha en la que se desarrolla en castigo.

Agradezco a los dioses por mi alma inconquistable

        

           Uno de los homenajes artísticos en que Nelson Mandela recibió en vida es sin duda la película de Clint Eastwood, Invictus. La película relata el momento de la liberación de la prisión de la cárcel, y el triunfo en las elecciones, pero el centro de la película gira en torno a la relación entre Mandela y el equipo de Rugby, los Sprignboks.  Con ello la película refleja la actitud de Mandela con la minoría blanca sudafricana. En vistas del mundial de Rugby, Mandela decide brindar todo su apoyo al equipo verde y oro, nos relata magistralmente Eastwood. Ello representa un proceso de integración social liberado por el presidente. 

             Madela entiende que los Spingboks, aunque es el equipo favorito de los blancos en un deporte para blancos no representan al enemigo, sino a los aliados en la democracia. Una democracia, que, después de un proceso de "justicia transicional" puede buscar los caminos de difícil reconciliación. A través de la justicia y la reconciliación Sudáfrica podrá convertirse en un rayo de luz en el mundo, y ser reconocida como la nación del arcoiris, después de un tiempo largo de oscuridad representado por el apartheid. 

            Los jugadores del equipo, especialmente el capitán Francois Pienaar empatan con Mandela y se involucran con propósito ganar el Mundial de Rugby.  Una de las escenas más importante de la película es aquella en la que los jugadores del equipo visitan la cárcel en la que fue recluido Mandela, y especialmente su celda. Pienaar comenta después que lo que más lo impresionaba era cómo es posible que un hombre pase muchos años en la cárcel y después perdona a quienes lo metieron allí. Y es que Mandela encuentra una inspiración y motivos para continuar. Especialmente, en un viejo poema victoriano. "Sólo palabras", le dijo a a Francois. Ese poema se llama Invictus. 

Out of the night that covers me,

Black as the pit from pole to pole,

I thank whatever gods may be

For my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance

I have not winced nor cried aloud.

Under the bludgeonings of chance

My head is bloody, but unbowed.

Beyond this place of wrath and tears

Looms but the Horror of the shade,

And yet the menace of the years

Finds and shall find me unafraid.

It matters not how strait the gate,

How charged with punishments the scroll,

I am the master of my fate:

I am the captain of my soul.

[Más allá de la noche que me cubre,

Negra como el abismo sin fin ,

Agradezco a los dioses si existen

Por mi alma inquebrantable.

Caído en las garras de la circunstancia

No he llorado ni pestañeado.

Bajo los golpes del destino

Mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.

Más allá de este lugar de cólera y lágrimas

Yace el horror de la sombra,

Y sin embargo la amenaza de los años

Me encuentra, y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecho sea la puerta,

Cuan cargada de castigos la sentencia,

Soy el amo de mi destino:

Soy el capitán de mi alma.]